Me ofrezco a los 7 Salmos 
y a los 47 Ángeles del Cielo 
para que mi persona no sea encarcelada 
ni mis venas corrompidas, 
para que mis enemigos no me persigan 
con calumnias ni enredos 
y que vengan todos humildes a mis plantas, 
como vino Nuestro Señor al pie de   la Cruz  a morir. 
Que ojos tengan y no me vean, 
manos y no me cojan, 
pies tengan y no me alcancen 
y si pensamiento tienen en mí no piensen. 
Amén.  
 

No hay comentarios.