Yo soy 
(nombre) 
y tu eres 
(nombre). 
Por el espíritu dominante 
yo te domino 
(nombre) 
en cuerpo, alma, mente y corazón 
para que sólo seas mío y de nadie más, 
nunca has de mirar a nadie más que a mi, 
mis ojos te seducen, te sugestionan; 
mis labios te dominan, 
cuando yo hablo te domino 
y tu no puedes ofenderme, 
porque tu voluntad es la mía, 
eres sólo para mi desde la cabeza hasta los pies, 
vena por vena, 
nervio por nervio, 
como reducido te tengo a mi, 
espero y confío 
que no podrás estar con mujer alguna, 
si fueras a estar, 
tus fuerzas se han de agotar 
como se le agotaron al divino Señor. 
Espíritu, cuerpo y alma de 
(nombre), 
Ven porque yo te llamo,
 
yo te sugestiono, yo te domino; 
tranquilidad no has de tener 
hasta que me vengas a ver 
rendido, manso y humillado a mis pies. 
Así como atravieso este alfiler 
en la mitad de esta vela 
(se atraviesa una vela roja con un alfiler), 
así quiero que se atraviese mi pensamiento 
en mitad de tu corazón 
para que olvides a la mujer que tengas, 
y vengas porque yo te llamo. 
Ángel de su día, ángel del día de hoy, 
ángel de la guarda de 
(nombre) 
doblégale el corazón 
para que venga a mis brazos, 
que quede rendido de amor,
desde este momento y para siempre.
 

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